En esta entrada os presento a la "hermana" de la anterior mesa de café. Gracias a ella, recibí mi primer encargo oficial de restauración.
Mi trabajo fue básicamente el mismo que realicé con la mesa que enseñé en el anterior post.
Yo me encargué de buscar el mismo papel decorativo y mi "contratador" (por llamarlo de alguna manera) se encargó de la pintura, el barniz y demás materiales necesarios.
En este caso concreto la pintura que se escogió fue en un tono crema (no era pintura al agua, por lo que el secado fue más largo) y el barniz tenia un acabado brillante. Aún así, el resultado fue estupendo y el "cliente" quedó muy contento.
No os puedo mostrar fotos del "antes" de esta mesa porque no disponía de cámara, pero os puedo decir que es una mesa de los años 70 aproximadamente, de un estilo retro. Estaba barnizada en un tono amarillento-anaranjado nada favorecedor, pero con el aspecto final, con ella conseguimos dar a la estancia el aire vintage-retro bastante curioso que esta persona esperaba.
sábado, 5 de mayo de 2012
Una nueva cara para una mesa de café
Hoy presento una mesa que llegó a mis manos gracias a una amiga. Por motivos decorativos ya no tenia cabida en su casa, así que pensó en mí antes de tirarla. Con mucho gusto la acepté y este era el aspecto inicial:
Es una mesa muy antigua, de madera maciza pintada en negro (aunque al empezar a rascar pude ver que lo largo de su vida había tenido mas de un color).
El tablero estaba bastante deteriorado por golpes y marcas de haber tenido vasos y demás objetos.
Tuve en mente varios acabados para esta mesa (decapado, pintada de color claro, recuperar el color madera...) pero al final de decanté por mantener el color oscuro que le aportaba personalidad y utilizar a la vez una técnica sencilla y muy decorativa como el "decoupage".
Esta técnica consiste en utilizar papel impreso (generalmente se hace con servilletas de colores, pero también se puede usar cualquier otro tipo de papel que nos llame la atención, incluso con papel de periódico y adherirlo a la superficie que queramos con cola blanca). En mi caso, encontré por casualidad un papel inspirado en cartas, sellos y pequeñas estampas y me pareció muy adecuado a lo que pretendía hacer.
Por supuesto, antes de pegar el papel, lijé y pinté con dos capas de pintura negra al agua (este tipo de pintura es muy cómoda de usar, porque no necesitamos disolvente para limpiar y además es prácticamante inholora), y desgaté las esquinas para que no fuera "tan perfecta".
Para el decoupage, simplemente hay que lijar bien la superficie y limpiarla para no dejar polvo. En este caso concreto he utilizado una sola hoja de papel, pero también se puede realizar con recortes mas pequeños, creando un collage.
Como decía, después de limpiar el tablero, a trozos pequeños, se va extendiendo la cola con un pincel. Hay quien disuelve la cola en agua, pero a mi me funciona mejor extendiéndola bien y con paciencia, y si fuera necesario, se moja un poco el pincel en el agua. De la otra manera el papel adquiere mucha humedad y aparecen muchas burbujas que luego son complicadas de eliminar y afean el resultado final.
Hecho esto, solo hay que dejar secar por completo la cola y el papel.
Al tratarse de una mesa que no va a ser simplemente decorativa, sino que servirá como mesa de café, hay que proteger el papel decorativo de posibles manchas y golpes.
Para eso, utilicé un barniz sintético, satinado e incoloro (además es de secado rápido y resistente al rayado). Pero otra opción que me dieron en la tienda es usar el que tienen los niños en la escuela para los trabajos manuales. También lo he usado, pero me gusta más el acabado del primero.
Con unas 4 capas de barniz es mas que suficiente.
Y el resultado final es este:
Con un poco de tiempo y trabajo, hemos podido darle un nuevo uso y un toque diferente a una mesa que iba a acabar sus días en la basura.
Animaros a hacer lo mismo.
Es una mesa muy antigua, de madera maciza pintada en negro (aunque al empezar a rascar pude ver que lo largo de su vida había tenido mas de un color).
El tablero estaba bastante deteriorado por golpes y marcas de haber tenido vasos y demás objetos.
Tuve en mente varios acabados para esta mesa (decapado, pintada de color claro, recuperar el color madera...) pero al final de decanté por mantener el color oscuro que le aportaba personalidad y utilizar a la vez una técnica sencilla y muy decorativa como el "decoupage".
Esta técnica consiste en utilizar papel impreso (generalmente se hace con servilletas de colores, pero también se puede usar cualquier otro tipo de papel que nos llame la atención, incluso con papel de periódico y adherirlo a la superficie que queramos con cola blanca). En mi caso, encontré por casualidad un papel inspirado en cartas, sellos y pequeñas estampas y me pareció muy adecuado a lo que pretendía hacer.
Por supuesto, antes de pegar el papel, lijé y pinté con dos capas de pintura negra al agua (este tipo de pintura es muy cómoda de usar, porque no necesitamos disolvente para limpiar y además es prácticamante inholora), y desgaté las esquinas para que no fuera "tan perfecta".
Para el decoupage, simplemente hay que lijar bien la superficie y limpiarla para no dejar polvo. En este caso concreto he utilizado una sola hoja de papel, pero también se puede realizar con recortes mas pequeños, creando un collage.
Como decía, después de limpiar el tablero, a trozos pequeños, se va extendiendo la cola con un pincel. Hay quien disuelve la cola en agua, pero a mi me funciona mejor extendiéndola bien y con paciencia, y si fuera necesario, se moja un poco el pincel en el agua. De la otra manera el papel adquiere mucha humedad y aparecen muchas burbujas que luego son complicadas de eliminar y afean el resultado final.
Hecho esto, solo hay que dejar secar por completo la cola y el papel.
Al tratarse de una mesa que no va a ser simplemente decorativa, sino que servirá como mesa de café, hay que proteger el papel decorativo de posibles manchas y golpes.
Para eso, utilicé un barniz sintético, satinado e incoloro (además es de secado rápido y resistente al rayado). Pero otra opción que me dieron en la tienda es usar el que tienen los niños en la escuela para los trabajos manuales. También lo he usado, pero me gusta más el acabado del primero.
Con unas 4 capas de barniz es mas que suficiente.
Y el resultado final es este:
Con un poco de tiempo y trabajo, hemos podido darle un nuevo uso y un toque diferente a una mesa que iba a acabar sus días en la basura.
Animaros a hacer lo mismo.
martes, 1 de mayo de 2012
La Silla de la Abuela
En esta primera entrada os voy a presentar unos de mis primeros trabajos. Se trata de una silla bastante antigua que tenia mi abuela en casa desde hacia muchísimos años. Por problemas de espacio y, por no concordar con el resto de la decoración, quedó desterrada en un almacén, pero con el paso del tiempo y del mal cuidado quedó muy deteriorada e incluso el respaldo se partió despegándose totalmente del asiento.
Decidí recuperarla y "lavarle la cara". Su diseño era bastante pasado de moda. Era de color madera muy oscura, estaba tapizada con polipiel y ribeteada con tachuelas (tanto el respaldo como el sillín).
Lo que hice con ella fue, en primer lugar, lijarla. Después, con masilla para madera, tapé todos los agujeros que habían dejado en la silla las tachuelas. Más tarde, pinté de un color gris claro (dando dos capas y lijando entre capa y capa).
Como no quería que el aspecto fuera "impecable", lo que hice fue ir desgastando las esquinas y los puntos donde la silla pudiera sufrir mayor roce de forma natural, de manera que se deja ver la madera por debajo de la pintura.
Una vez hecho esto, el siguiente paso fue tapizar. Al ser uno de mis primeros experimentos con la restauración, quizá el tapizado no fue del todo profesional pero quedó bastante bien.
Necesité espuma gruesa, una tela llamativa, una grapadora con grapas para tapizado y mucha paciencia.
El resultado fue este:
Por desgracia, no os puedo enseñar "el antes" de esta silla, porque aún no había pensado en enseñar mis trabajos. En futuras entradas os podré ir mostrando como son los proyectos al inicio y al final.
Espero que os animéis a recuperar algunas cosas que tenemos en casa y darles un nuevo uso.
Decidí recuperarla y "lavarle la cara". Su diseño era bastante pasado de moda. Era de color madera muy oscura, estaba tapizada con polipiel y ribeteada con tachuelas (tanto el respaldo como el sillín).
Lo que hice con ella fue, en primer lugar, lijarla. Después, con masilla para madera, tapé todos los agujeros que habían dejado en la silla las tachuelas. Más tarde, pinté de un color gris claro (dando dos capas y lijando entre capa y capa).
Como no quería que el aspecto fuera "impecable", lo que hice fue ir desgastando las esquinas y los puntos donde la silla pudiera sufrir mayor roce de forma natural, de manera que se deja ver la madera por debajo de la pintura.
Una vez hecho esto, el siguiente paso fue tapizar. Al ser uno de mis primeros experimentos con la restauración, quizá el tapizado no fue del todo profesional pero quedó bastante bien.
Necesité espuma gruesa, una tela llamativa, una grapadora con grapas para tapizado y mucha paciencia.
El resultado fue este:
Por desgracia, no os puedo enseñar "el antes" de esta silla, porque aún no había pensado en enseñar mis trabajos. En futuras entradas os podré ir mostrando como son los proyectos al inicio y al final.
Espero que os animéis a recuperar algunas cosas que tenemos en casa y darles un nuevo uso.
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